miércoles, 18 de noviembre de 2009

Argentina, ¿a qué jugás?

Este es año de Mundial y hoy, 19 de Noviembre ya están todas las selecciones que participarán en el campeonato futbolístico más importante del mundo. Estará Portugal, estará Francia y estará Argentina, tres grandes selecciones que han pasado muchísimos problemas para estar en la élite del fútbol a pesar de que todos sus jugadores tienen un nivel top muy superior a combinados como Irlanda, Bosnia o Ecuador que seguramente han merecido estar tanto o más que ellos. Y lo increible es como selecciones con jugadores como Messi, Henry, Benzema, Ronaldo o Tévez se han podido quedar fuera con la evidente calidad futbolística de cada uno. Muy sencillo y positivo; una demostración más de que el "todo" es más que la suma de sus partes y es que, un equipo siempre es mejor que un jugador y un jugador siempre es mejor cuanto mejor sea su equipo.Es evidente que Messi es mejor que Messi y que Messi es peor que Messi aunque parezca no tener sentido, pero todos sabemos que el argentino es mejor en Barcelona que con su selección y eso es algo sencillo de explicar; Messi es mejor cuando mejor sea su equipo y Argentina no es un equipo.

Hacer un equipo - esto es mucho más que tener una plantilla y escoger un once - es el objetivo de todo entrenador y para ello hay unos pasos que no se pueden obviar ni saltar, algo, que por cierto, hace un porcentaje altísimo de técnicos. Hablan del físico, de que el fútbol es de los jugadores, que lo importante es la psicología, bla bla bla... Si todo esto es así, ¿Por qué Guddy era mejor en el Chelsea que en el Barça o Alonso no juega en el Madrid como en la selección? La respuesta, como siempre, sencilla. El jugador necesita un equipo, un equipo con un modelo de juego y que ese modelo de juego se adapte a sus características. Por esa razón no tenía sentido que el Madrid fichara a Huntelaar, killer del area con gran remate de primeras, cuando el objetivo era el contragolpe, repliegue intensivo y transición defensa ataque rápida sin juego por bandas. Para tal modelo, mejor un jugador como Zárate o el propio Higuain, con velocidad en carrera y algo de desborde. Y eso, no significa que ellos sean mejores que el holandés, es más, si el Manchester tuviera que elegir a uno de los tres, la mejor opción sería la peor en el anterior caso. Sí, Huntelaar, un devorador de área que sería delantero crack en un equipo que presione arriba, juegue cerca de la portería rival y entre por bandas para finalizar por dentro. Ahí donde Higuain se ahogaría por la falta de espacios, Huntelaar sería el cazador que todos conociamos en el Ajax.

Hemos hablado de jugadores que encajan en modelos de juegos, pero para saber si un jugador encaja o no, primero se necesita un modelo de juego. Sin él, no se puede ser equipo porque no hay unos objetivos en el aprendizaje como equipo, no hay un plan, hay once jugadores con once cerebros distintos y cada uno resolverá las situaciones según decidan en el momento, dependiendo de la inspiración y la calidad de cada uno. A más calidad, más sencillo será sobrevivir, pero sobrevivir no es lo mismo que jugar. En España ya es fácil reconocer la importancia de este tipo de cosas porque tenemos un ejemplo en forma de selección y uno similar en forma de club que tiene las ideas claras, sabe a que juega, ficha según las necesidades... y luego tenemos otro que lleva años fichando parches, tanques cuando hay que jugar a la contra, laterales defensivos y a pierna cambiada cuando quieren jugar sin extremos, pero dar amplitu... No hace faltan nombres.

A nivel de selecciones todos hablan de Maradona y cuando nombras Argentina se piensa en el "que la chupen, que la chupen", en el mal rendimiento de Messi o en los ya habituales catastróficos resultados, pero hay algo mucho peor y es que Argentina no es un mal equipo, sencillamente, no es un equipo. La variedad de jugadores mata a Diego porque tiene mucho y muy diferente donde elegir y siempre es víctima del resultado. Si algo sale bien, sigue. Si se empata o se pierde, vuelta a empezar de nuevo. Un día con enganche, un día sin enganche y ni el portero es indiscutible restando seguridad y confianza tanto a la zaga como al arquero que sabe que si falla está fuera.

El fútbol no es ciencia y ni siquiera es tan complicado. Lo difícil es convertir la idea en realidad, pensar un modelo de juego y preparar entrenamientos de calidad para que los jugadores asimilen conceptos y los desarrollen en los partidos, pero tener una idea o saber que tener la idea es fundamental, eso está a la vista de todos. Hay que elegir un modelo de juego y ese es el primer paso. Argentina debe apostar por algo, ya sea la Riquelmedependecia, el juego de toque, el repliegue y contragolpe... se aceptan todas, pero solo una puede ser la elegida y aquí todos han ganado de todas las formas posibles, solo hay que mirar los dos últimos campeones de Europe (Grecia y España) tan distintos, pero tan iguales. Al menos los dos sabían a que jugaban, igual que Brasil con su juego poco fluido y su defensa numantina. Esperar el 0-0, crear espacios arriba gracias al repliegue intensivo y esperar que jugadores del tamaño de Kaká, Robinho o Luis Fabiano decidan. No te quiero ni contar si el "gordo" resucitara.

Un modelo de juego requiere un equipo y un equipo no lo pueden formar 50 jugadores de los cuales van de veinte en veinte viéndose cada dos meses si es que repites en la convocatoria. Se necesita un bloque, jugadores que se adapten al estilo y apostar por ellos, darles confianza, motivarlos, que sepan que son los elegidos y que pierdan o ganen, fracasen o triunfen, la responsabilidad es de ellos y de nadie más. En lo malo o en lo bueno. Aragonés sabe de lo que hablo y seguro que Raúl también. El malestar de la prensa y el rendimiento por momentos de Raúl dieron que hablar, en alguna convocatoria mereció estar, pero ya no tenía cabida, no se quería su influencia y no encajaba en el estilo de juego pausado y eléctrico a la vez de la España de Luis.

Argentina necesita un cambio generacional, Heinze, Schiavi, Verón o Palermo ya no tienen sitio, su generación pasó. No puede ser que un día el titular sea Martín y al otro jugar con Tevez, Pipita y Messi, 'tres pequeños'. Lo de la defensa y la portería, catastrófico. Cada día una, si fallas, al banco, sino... puede que también.
Sería atrevido por mi parte proponerle un modelo de juego y un once a Maradona, pero sí me siento capacitado para reflexionar y por lo menos comentar una evidencia tran grande como que para ganar hay que ser un equipo y para ser un equipo hay que saber a qué juegas y morir con tus ideas. A lo mejor, Grecia no hubiera sido campeona de Europa si Kaká, Xabi y Messi hubieran estado en sus filas, a lo mejor entonces el entrenador hubiera pensado que había que llevar la iniciativa del juego, jugar al ritmo de Xavi, surtir de balones constantemente a Kaká y acercar al área al argentino. Parece descabellado... si fueron campeones, ¿Cómo no lo iban a ser con mejores jugadores? A lo mejor su "todo" hubiera sido peor. Por eso Francia no juega a nada, por eso Argentina no es un equipo y por eso Queiroz tiene que usar cortinas de humo en forma de Ronaldo para que nadie piense que Bosnia o Dinamarca son ahora más selección que los suyos. Grecia, con sus buenos jugadores, prácticamente no tenía donde elegir, destacaban pocos y muchos eran defensas como Dellas y otros delanteros tanques como Charisteas. Catenaccio, estrategia, unión interna... y campeonato. Un campeonato que, también a lo mejor, nunca gana Ronaldo con compañeros como Simao, Quaresma, Nani o Pepe. Qué curioso... o no.

lunes, 9 de noviembre de 2009

F.C. Barcelona, análisis del mejor equipo del mundo

La victoria y la superioridad genera admiración, pero también envidia y esa es la razón por la que muchos críticos o aficionados quieren sentenciar a este equipo con un "ya no es lo que era", "fin de ciclo" o avisando que se repite la etapa post París 2006, pero por desgracia para ellos y por fortuna para los que nos gusta el fútbol, toda situación parecida es casualidad.

El Barça de Rikjaard alcanzó la cima con un doblete galáctico gracias a un buen trabajo táctico a la italiana, una presión y un dominio de los espacios increible y un talento individual diferencial. La suma de todo esto significó un doblete, pero lo difícil no es ganar, sino mantenerse y para eso es obligatorio la motivación, el trabajo, nuevos retos y complejidad en el juego para evitar relajación. Eso y nuevos fichajes que ilusionen a la afición y despierten al grupo.

Sin embargo, en Barcelona el éxito confundió hasta el punto de que era posible ver a Laporta, presidente del equipo con Ronaldinho, estrella fugaz, en una discoteca en día previo a un entrenamiento. El problema no fue que Rikjaard no supiera corregir, fue que no supo cortar los malos vicios durante la victoria, aunque todo se destapara, como siempre, en la derrota. Los jugadores no entrenaban para jugar, había clanes y además el entrenador no se atrevía a sentar a vacas sagradas. Para colmo, lesiones importantes como la de Messi y Eto'o hicieron aun más difícil las cosas. El tipo de entrenamiento era el mismo, la importancia ya no y la motivación e intensidad había bajado.

El Barça tocó techo en París porque ahí ese equipo ofreció toda su intensidad motivacional y porque tácticamente nunca se buscó ofrecer más. El Barça era lo que veías, bueno sin y con balón, y cada vez un poco menos bueno en ambas fases. Se asimilaron muchas cosas en pocos años, la intensidad era frenética y el talento brutal, estabamos ante un claro ciclo corto por mucho que las culpas sean ahora para Ronaldinho y Deco, algo más que una cortina de humo, pero menos que el verdadero cáncer del Barça. Fue el cuerpo técnico el que falló e incluso el tema Ronaldinho era responsabilidad de ellos, pero no supieron gestionar ni los privilegios ni luego los problemas que suponía la estrella brasileña.

Guardiola también apuesta por el ciclo corto, pero lo quiere de manera progresiva, algo difícil de explicar cuando a las primeras de cambio ha llegado un triplete histórico por resultados, pero también por superioridad en el juego, ¡y eso que el Barça no dominaba todas las fases del juego de manera "automatizada"!

Cuando llegó, Pep, lo tenía claro. Había que tomar decisiones, limpiar jugadores y dar confianza a los que se quedaban. Eso se hacía con palabras y también con hechos por lo que apenas llegaron fichajes, solo Alves pero esto no dejaba con el culo al aire a ningún peso pesado del equipo ya que el flanco derecho del Barça no tenía a nadie que lo gobernara hasta la llegada del Brasileño.

A partir de ahí, la idea era variar y perfeccionar el modelo de juego para ganar seguridad en el propio juego del equipo, todo tenía que ver con la confianza así que la portería a cero debía ser una máxima en un equipo que en su último año oscuro era facilísimo de contragolpear. Guardiola empezó aprendiendo de los errores de Rikjaard para luego ir dejando su sello. Lo primero era aprender a jugar sin balón y aprovechar esa fase del juego para poder atacar mejor, algo que también corregía otro error evidente en la época del holandés; nula verticalidad, exceso de horizontalidad en el juego. Se corregían otros detalles, por ejemplo la estrategia con evidente mejora ofensiva y buen trabajo defensivo, marcando en zona, con flexibilidad, pero con principios. El equipo encajaba goles en estrategía, pero sabía a qué jugaba, cómo y porqué defendía de esa forma.

El equipo funcionaba, la presión pasó de ser asfixiante a racional y cada vez mejor en un equipo que empezaba rotando para involucrar a todos, mandar una señal a los pesos pesados de que había que ganarse el puesto pero también para que todos conocieran en primera persona el modelo de juego del Barça. Cuando todos lo asimilaran, jugarían los mejores y así fue.

El Barcelona tardaría muy poco en volver a ser referencia y eso es sinónimo de rivales encerrados que buscan el 0-0 y la suerte. Guardiola ya había trabajado al equipo sin balón, había motivación, intensidad, presión, orden y un buen sistema defensivo, todo se iba cumpliendo paso a paso, periodizando con calidad la asimilación de conceptos importantes. Había que avanzar y el Barça lo hizo hasta la última jornada. Tocaba crecer con balón, con posesión en estático ofreciendo variantes para contrarrestar las dos líneas de cuatro en campo propio de casi todos sus rivales. Y Guardiola buscó hasta encontrar distintas fórmulas, muchas a la vista del espectador como la variante de Piqué en línea de fondo para "estirar" al rival o la de Busquets haciendo de tercer central dando el carril a los laterales... El Barça busca máximo espacio entre un jugador y otro para que el rival se abra para cerrar (que contradicción) y entonces facilitar los espacios para sus interiores, Xavi e Iniesta. Puro Van Gaal en Pep Guardiola en otra demostración de que es una esponja de calidad brutal. El alumno supera a todos sus maestros.

Y aquí no se acabó el Barça que sigue creciendo de manera periodizada aunque los resultados no siempre acompañen. El equipo crecerá y se verán nuevas variantes para la fase ofensiva de finalización y no solo la de creación. No hay prisa, todo tiene un orden desde que llegó Guardiola. Primero hay que robar el balón, luego hay que crear y luego hay que finalizar. Saltarse algún paso es la perdición y además es la reducción del tiempo de duración del ciclo.

Es cuestión de tiempo que el Barça mejore conforme lleguen las marcas al hombre a jugadores clave, que dominen el 4-4-2 en rombo con Messi de mediapunta e Ibra y Bojan o Henry arriba, que Iniesta haga de 4 en fases del partido en momentos tipo Kazan donde el rival juega con 4 jugadores para encerrar la zona interior dándo libertad total a los centrales y al mediocentro defensivo... El Barça crecerá ofensivamente, no será solo la calidad de Ibra, la diagonal de Messi o el desdoblamiento de Alves sino variación, juego directo y juego corto, Zlatan hombre boya con Keita dominando zona de rechace y Messi ganando en profundidad...

Quien crea que Guardiola es made in Cruyff y ya está, se equivoca. Quien piense que ha visto el mejor Barça que Guardiola quiere crear, se equivoca. Quien piensa que el Barça sólo jugará como le hemos visto jugar, siendo así dependiente de la rápidez de circulación, se equivoca. Guardiola quiere dominar todos los registros... pero lo quiere hacer uno a uno.

Por supuesto, nada de esto asegura la victoria. El estilo Barça es un estilo que aun en su máximo exponente es más complicado de desarrollar que muchos otros porque implica desgaste mental, talento natural por encima de los rivales y circulación de balón en todas las circunstancias. Las derrotas pueden llegar, pero la creación Guardiola, sigue su curso.