lunes, 9 de noviembre de 2009

F.C. Barcelona, análisis del mejor equipo del mundo

La victoria y la superioridad genera admiración, pero también envidia y esa es la razón por la que muchos críticos o aficionados quieren sentenciar a este equipo con un "ya no es lo que era", "fin de ciclo" o avisando que se repite la etapa post París 2006, pero por desgracia para ellos y por fortuna para los que nos gusta el fútbol, toda situación parecida es casualidad.

El Barça de Rikjaard alcanzó la cima con un doblete galáctico gracias a un buen trabajo táctico a la italiana, una presión y un dominio de los espacios increible y un talento individual diferencial. La suma de todo esto significó un doblete, pero lo difícil no es ganar, sino mantenerse y para eso es obligatorio la motivación, el trabajo, nuevos retos y complejidad en el juego para evitar relajación. Eso y nuevos fichajes que ilusionen a la afición y despierten al grupo.

Sin embargo, en Barcelona el éxito confundió hasta el punto de que era posible ver a Laporta, presidente del equipo con Ronaldinho, estrella fugaz, en una discoteca en día previo a un entrenamiento. El problema no fue que Rikjaard no supiera corregir, fue que no supo cortar los malos vicios durante la victoria, aunque todo se destapara, como siempre, en la derrota. Los jugadores no entrenaban para jugar, había clanes y además el entrenador no se atrevía a sentar a vacas sagradas. Para colmo, lesiones importantes como la de Messi y Eto'o hicieron aun más difícil las cosas. El tipo de entrenamiento era el mismo, la importancia ya no y la motivación e intensidad había bajado.

El Barça tocó techo en París porque ahí ese equipo ofreció toda su intensidad motivacional y porque tácticamente nunca se buscó ofrecer más. El Barça era lo que veías, bueno sin y con balón, y cada vez un poco menos bueno en ambas fases. Se asimilaron muchas cosas en pocos años, la intensidad era frenética y el talento brutal, estabamos ante un claro ciclo corto por mucho que las culpas sean ahora para Ronaldinho y Deco, algo más que una cortina de humo, pero menos que el verdadero cáncer del Barça. Fue el cuerpo técnico el que falló e incluso el tema Ronaldinho era responsabilidad de ellos, pero no supieron gestionar ni los privilegios ni luego los problemas que suponía la estrella brasileña.

Guardiola también apuesta por el ciclo corto, pero lo quiere de manera progresiva, algo difícil de explicar cuando a las primeras de cambio ha llegado un triplete histórico por resultados, pero también por superioridad en el juego, ¡y eso que el Barça no dominaba todas las fases del juego de manera "automatizada"!

Cuando llegó, Pep, lo tenía claro. Había que tomar decisiones, limpiar jugadores y dar confianza a los que se quedaban. Eso se hacía con palabras y también con hechos por lo que apenas llegaron fichajes, solo Alves pero esto no dejaba con el culo al aire a ningún peso pesado del equipo ya que el flanco derecho del Barça no tenía a nadie que lo gobernara hasta la llegada del Brasileño.

A partir de ahí, la idea era variar y perfeccionar el modelo de juego para ganar seguridad en el propio juego del equipo, todo tenía que ver con la confianza así que la portería a cero debía ser una máxima en un equipo que en su último año oscuro era facilísimo de contragolpear. Guardiola empezó aprendiendo de los errores de Rikjaard para luego ir dejando su sello. Lo primero era aprender a jugar sin balón y aprovechar esa fase del juego para poder atacar mejor, algo que también corregía otro error evidente en la época del holandés; nula verticalidad, exceso de horizontalidad en el juego. Se corregían otros detalles, por ejemplo la estrategia con evidente mejora ofensiva y buen trabajo defensivo, marcando en zona, con flexibilidad, pero con principios. El equipo encajaba goles en estrategía, pero sabía a qué jugaba, cómo y porqué defendía de esa forma.

El equipo funcionaba, la presión pasó de ser asfixiante a racional y cada vez mejor en un equipo que empezaba rotando para involucrar a todos, mandar una señal a los pesos pesados de que había que ganarse el puesto pero también para que todos conocieran en primera persona el modelo de juego del Barça. Cuando todos lo asimilaran, jugarían los mejores y así fue.

El Barcelona tardaría muy poco en volver a ser referencia y eso es sinónimo de rivales encerrados que buscan el 0-0 y la suerte. Guardiola ya había trabajado al equipo sin balón, había motivación, intensidad, presión, orden y un buen sistema defensivo, todo se iba cumpliendo paso a paso, periodizando con calidad la asimilación de conceptos importantes. Había que avanzar y el Barça lo hizo hasta la última jornada. Tocaba crecer con balón, con posesión en estático ofreciendo variantes para contrarrestar las dos líneas de cuatro en campo propio de casi todos sus rivales. Y Guardiola buscó hasta encontrar distintas fórmulas, muchas a la vista del espectador como la variante de Piqué en línea de fondo para "estirar" al rival o la de Busquets haciendo de tercer central dando el carril a los laterales... El Barça busca máximo espacio entre un jugador y otro para que el rival se abra para cerrar (que contradicción) y entonces facilitar los espacios para sus interiores, Xavi e Iniesta. Puro Van Gaal en Pep Guardiola en otra demostración de que es una esponja de calidad brutal. El alumno supera a todos sus maestros.

Y aquí no se acabó el Barça que sigue creciendo de manera periodizada aunque los resultados no siempre acompañen. El equipo crecerá y se verán nuevas variantes para la fase ofensiva de finalización y no solo la de creación. No hay prisa, todo tiene un orden desde que llegó Guardiola. Primero hay que robar el balón, luego hay que crear y luego hay que finalizar. Saltarse algún paso es la perdición y además es la reducción del tiempo de duración del ciclo.

Es cuestión de tiempo que el Barça mejore conforme lleguen las marcas al hombre a jugadores clave, que dominen el 4-4-2 en rombo con Messi de mediapunta e Ibra y Bojan o Henry arriba, que Iniesta haga de 4 en fases del partido en momentos tipo Kazan donde el rival juega con 4 jugadores para encerrar la zona interior dándo libertad total a los centrales y al mediocentro defensivo... El Barça crecerá ofensivamente, no será solo la calidad de Ibra, la diagonal de Messi o el desdoblamiento de Alves sino variación, juego directo y juego corto, Zlatan hombre boya con Keita dominando zona de rechace y Messi ganando en profundidad...

Quien crea que Guardiola es made in Cruyff y ya está, se equivoca. Quien piense que ha visto el mejor Barça que Guardiola quiere crear, se equivoca. Quien piensa que el Barça sólo jugará como le hemos visto jugar, siendo así dependiente de la rápidez de circulación, se equivoca. Guardiola quiere dominar todos los registros... pero lo quiere hacer uno a uno.

Por supuesto, nada de esto asegura la victoria. El estilo Barça es un estilo que aun en su máximo exponente es más complicado de desarrollar que muchos otros porque implica desgaste mental, talento natural por encima de los rivales y circulación de balón en todas las circunstancias. Las derrotas pueden llegar, pero la creación Guardiola, sigue su curso.

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