domingo, 27 de septiembre de 2009

Un equipo deportivamente grande

El resultado depende de muchos factores, algunos muy lejos de las posibilidades de los entrenadores como el azar, la calidad de tu delantero o las decisiones arbitrales. Aun así, normalmente y a lo largo del año, el resultado no es más que la consecuencia de un trabajo que empieza mucho antes porque el camino hasta la meta es largo y sobre todo, porque hay muchos caminos. Ganar depende de muchas cosas, pero tu planteamiento, solo depende de ti, de tu modelo de juego y tu capacidad de inculcar tu idea en los jugadores mediante un buen entrenamiento y una gestión correcta del día a día. Por eso, para mí, ser un equipo deportivamente grande va más allá de tu puesto en la tabla y el objetivo siempre es rendir por encima de tus posibilidades.

Esta semana hemos visto un ejemplo de equipo deportivamente grande en el Bernabeu con un Tenerife valiente, ofensivo, presionando la salida del balón, buscando transiciones rápidas, apostante siempre por el juego preciso y el desmarque constante. En el otro lado del ring, un Real Madrid sin ningún tipo de juego de asociación, sin iniciativa y sobre todo sin un plan específico. Ganó el Madrid y pudo ser una goleada gracias a un gol a balón parado, un error individual de Manolo (defensa del Tenerife) y una maravilla de Kaká después de una contra mal finalizada por Raúl.

Hay cosas que nunca cambiarán y el Madrid siempre será más rico que el Tenerife, siempre tendrá mejores jugadores y me atrevería a asegurar que siempre quedará por encima en la tabla que los canarios. Hay otras cosas que no dependen del presupuesto y que año tras año se trabaja casi en igualdad de condiciones porque los requesitos indispensables son unas instalaciones deportivas, un número adecuado de jugadores y material deportivo (desde balones, conos y porterias hasta cintas de vídeo, material de presentación, informes del rival, etc).

Teniendo esto cada entrenador puede optar por una metodología distinta para conseguir el famoso objetivo (que el equipo rinda por encima de sus posibilidades). En un fútbol esclavo de viejos entrenadores casados con sus ideas, normalmente vemos pretemporadas "sin balón" dando paso a contenidos más técnico tácticos durante temporada. Algunos dividen lo físico, de lo técnico, de lo táctico e incluso de lo psicológico y creen que es una forma de alcanzar la especificidad (en efecto, trabajan de forma específica todos los campos sobre los que hacen la división) cuando en realidad brilla por su ausencia. El tiempo efectivo de los entrenamientos es nulo, porque todo se ha trabajado fuera de contexto y el equipo no está acostumbrado a resolver las situaciones a las que se enfrentan durante el partido, así pues, vemos jugadores con grandes condiciones y horribles en la toma de decisión. No es casualidad que existan dos Ronaldos, el que llegó a Manchester y el que se fue. El primero venía de Portugal, fútbol atrasado en lo táctico, acostumbrado al marcaje al hombre, entrenamiento sin avances excepto en los últimos años... El segundo trabaja con Ferguson, situaciones tácticas, resolución de contragolpe, basculaciones según el rival al que se enfrentan, etc, etc. Cuando los entrenadores dicen que X jugador necesita partidos están criticando su forma de entrenar de manera inconsciente. Necesita partidos porque en los partidos resuelven situaciones, trabajan apartados físico tácticos (cambios de ritmo, frenada en seco, salto, sprint corto explosivo) que durante un entrenamiento que consiste en trote, disparos a puerta, saltar escaleras, trabajo en la playa, circuitos físico-técnicos no se dan.

Es evidente que el profesionalismo y el exceso de competitividad ha aumentado de manera directamente proporcional al aburrimiento. Los jugadores no disfrutan entrenando porque entrenar y jugar cada vez tiene menos que ver y el resultado de los partidos depende de la calidad individual porque los entrenadores "no inventan sobre el invento". Y es que la fórmula es inventar sabiendo que el contexto está inventado y desde hace siglos. El fútbol es el partido, ganar o perder. El entrenamiento sirve para preparar el partido, asimilar conceptos y perfeccionarlos, probar cosas nuevas, estudiar al rival... Hay que volver al 'entrenamiento competición' con partidos en espacio reducido, posesiones con variantes para trabajar la presión, partidos "guiados" para explotar el juego por bandas... siempre trabajo colectivo, con balón, unos contra otros y el que cumple los objetivos gana y el que no pierde (el objetivo en un partido es ganar, en una posesión puede ser robar y transición rápida para iniciar contragolpe, depende del ejercicio que propone el entrenador). Olvidarse de los ejercicios de pase y disparo a puerta, desplazamiento en largo por parejas, trote alrededor del campo, circuitos físicos, físicos técnicos donde después de zig-zigaer 30 conos, hacer multisaltos y cambiar el ritmo acabas centrando y rematando sin oposición.

Entrenar como se juega tiene otra ventaja clara a corto y largo plazo. Si el día a día está basado en tu modelo de juego, con ejercicios tácticos que se acercan a lo que buscan en los partidos, quien mejor entrena es el más idoneo para jugar el partido porque en ambas situaciones buscas lo mismo. Así pues, el entrenador tiene una clara ventaja a la hora de hacer alineaciones, tiene más "datos" reales, puede escoger mejor y también ser más justo. Si tu entrenamiento es fraccionado, se puede dar que el peor jugador sea el que mejor tire a puerta y el que llegue primero en los ejercicios de resistencia, de fuerza y de velocidad. Llega el partido, no es titular y entonces se pregunta de que sirve el entrenamiento si la alineación no tiene que ver con el rendimiento durante la semana. Los titulares se saben titulares entrenen como entrenen, los suplentes más de lo mismo.

Para ser un equipo "grande", tienes que dominar un registro táctico y para dominar un registro táctico tienes que entrenar en especificidad, trabajando de forma colectiva y asimilando conceptos para mejor los principios generales de tu juego. Equipos que juegan con 4-2-2-2 luego hacen ejercicios durante la semana en la que un mediocentro abre a banda, el extremo controla y centra al área, ¡eso es tiempo perdido si juegas sin extremos!

La clave (sin entrar en metodologías porque necesitaría escribir un libro para acabar el artículo) es tener las ideas claras, escoger un modelo de juego según los jugadores que tengas (o puedas/quieras fichar), trabajar dos sistemas que se amolden al famoso modelo y aprovechar el entrenamiento para perfeccionar día a día, minuto a minuto ese modelo de juego a partir de un orden táctico establecido por los sistemas con los que vayas a jugar. Ese "modelo de juego" es el sueño de cada entrenador, ahí empieza todo y eso es independiente del nivel del equipo al que entrenes. El entrenador tiene que "soñar" un equipo que juegue la pelota desde la defensa, que busque la apertura a bandas, que presione arriba, robe el balón cerca de porteria rival, achique con líneas juntas... (o por el contrario, que busque repliegue + contra, juego directo, eso depende del gusto de cada uno) y a partir de ahí, el entrenamiento, el diálogo entrenador-jugadores son la base para convertir sueño en realidad.

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